Encuesta sobre representaciones del trabajo de cuidado en el Perú

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Cuidar, cuidarse y recibir cuidados es una necesidad, un trabajo y un derecho que los Estados deben garantizar. Sin embargo, en Perú los cuidados recaen, en mayor medida, en las mujeres de cada familia y no tanto en el Estado y sus servicios públicos. Así lo evidencia la reciente Encuesta sobre Representaciones del Trabajo de Cuidado en Perú, elaborada por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), Oxfam y el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán.

La encuesta, que llega en un momento en que el país debate la urgencia de crear un Sistema Nacional de Cuidados, evidencia que la mayoría de personas encuestadas no accede a servicios de cuidado del Estado debido a la desconfianza o la ausencia de los mismos. Esto mientras que 7 de cada 10 personas señala que en su hogar una mujer es la principal responsable de las actividades de cuidado.

Feminización de los cuidados

Los cuidados son actividades indispensables para el bienestar de nuestras vidas que incluyen el cuidado de los hogares, las personas con discapacidad, adulta mayor y/o menor de edad, entre otros. Sin embargo, estos han sido asignados, principalmente, a las mujeres de generación en generación.

En efecto, el 83% de personas encuestadas afirma que a lo largo de su vida ha visto a las mujeres dedicarse en mayor medida a las actividades de cuidado. En una menor medida, apenas el 15% señala que tanto mujeres como hombres se han dedicado a estas actividades.

“Desde que somos niñas se nos atribuyen responsabilidades de cuidado que se incrementan en la medida que crecemos. Estas mismas responsabilidades no se generan en los hombres, por lo que la gran mayoría no se involucra en estas labores en la misma medida que las mujeres y tal es esa naturalización que el Estado no ha generado políticas públicas específicas para garantizar el derecho al cuidado”, explicó Liz Meléndez, directora de Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán.

Esta “feminización del cuidado» se sostiene en la percepción sesgada de que las mujeres serían mejores que sus pares hombres en el cuidado de personas con discapacidad (67%) y adultos mayores (56%). Del mismo modo ocurre con el cuidado de niñas y niños, donde el 48% de personas encuestadas está de acuerdo con que a las madres les corresponde esta labor.

A pesar de esta percepción, el 72% no está de acuerdo con el hecho de que las actividades domésticas como lavar, cocinar y limpiar la casa deban ser asumidas solo por las mujeres.“Esta cifra es reveladora pero también significa un avance para reconocer que los cuidados nos concierne a todos y todas», aseguró Meléndez. “Más de diez años después podemos reportar que hay un inicio de la transformación de los roles de género. Sin embargo, puede que esto no sea sostenible si no se implementan políticas públicas para la igualdad y políticas de Estado para garantizar el derecho al cuidado».

Trabajo no remunerado

La desigual distribución en el trabajo de cuidados limita la autonomía de las mujeres y el ejercicio de sus derechos. Ante esta realidad, 8 de cada 10 personas encuestadas reconoce que dichas actividades de cuidados requieren remuneración. Sin embargo, el 51% considera que solo se debería pagar a las personas que realizan actividades de cuidado si es alguien que se contrata, y un 31% si la persona que cuida vive en el mismo hogar.

Para Alejandra Alayza, responsable país de Oxfam en Perú, “al no reconocer el trabajo de cuidados se reproducen desigualdades y brechas de acceso a seguridad social y otros derechos que se suelen vincular solo a la noción de trabajo remunerado. Esto a pesar de que el trabajo de cuidados no remunerado en el país equivale entre el 17% y el 24,4% del Producto Bruto Interno (PBI), según datos del INEI”. “Nuestra apuesta es que el cuidado sea reconocido como un derecho y resignificado como un trabajo para habilitar esos derechos fundamentales y el Estado asuma su corresponsabilidad en garantizar ese derecho con políticas y servicios públicos de calidad”.

Desconfianza en el Estado y ausencia de servicios públicos

El trabajo de cuidados se sigue resolviendo desde las familias en Perú, sobre todo en las zonas rurales. Según la encuesta, 8 de cada 10 hogares con menores de 5 años no utiliza servicios públicos de cuidado. En el área urbana, esto se debe a la desconfianza en el Estado (29%), mientras que en el área rural a la ausencia de dichos servicios (41%). 

La desconfianza en el Estado o la falta de provisión de estos servicios refuerza que el 93% de personas encuestadas considera que solo la familia debe ser responsable del cuidado de menores de edad, mientras que un 14% cree que esa corresponsabilidad debe ser compartida con el Estado.

El panorama es similar para los hogares con personas con discapacidad. Según la encuesta, 6 de cada 10 hogares con personas con discapacidad no utilizan los servicios públicos de cuidado. El 45% no accede debido a la falta de servicios públicos de cuidados cercanos a su hogar o porque no confían en el Estado.

En este contexto, cabe destacar que, el reconocimiento del derecho al cuidado por parte del Estado y, por tanto, su obligación en garantizarlo tiene que venir acompañado de un incremento de la cobertura de servicios y consolidar el marco institucional que asegure servicios de calidad y próximos a la ciudadanía. De ahí, la importancia de impulsar un Sistema Nacional de Cuidados.

“Hoy por hoy los cuidados son asumidos por las familias y, dentro de estas, las mujeres, es decir, ellas cargan con los cuidados donde el Estado no está llegando de forma efectiva con servicios públicos de cuidados que refuerzan la desconfianza de la ciudadanía”, afirmó por su parte Alejandra Alayza. “Esto es algo revelador de la encuesta que aporta evidencia clave en un momento en que en el Perú se viene discutiendo la importancia de reconocer los cuidados como un derecho y de contar con un Sistema Nacional de Cuidados”.

Acerca del estudio

La encuesta fue aplicada por el Instituto de Estudios Peruanos mediante una encuesta telefónica a nivel nacional del 11 al 24 de abril de 2023. El tamaño de la muestra fue de 1,510 personas entrevistadas en 24 departamentos, 155 provincias y 468 distritos de Perú. Tiene un margen de error +-2.5.