Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza | Vida sin discriminaciones para una existencia sin pobreza de las mujeres rurales

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El Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza es ocasión de colocar en agenda la urgencia de erradicar las múltiples discriminaciones que afectan a las mujeres rurales, pues generan y reproducen las condiciones para la pobreza, no solo económica, en que se encuentran a lo largo del país.

Así se pronunció Elena Villanueva, responsable del Programa de Desarrollo Rural del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, organización feminista peruana que lleva casi cinco décadas en la promoción de los derechos humanos de las mujeres en su amplia diversidad.

El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales sostiene que pobreza es una condición que priva a las personas de manera continua de recursos, capacidades, opciones, seguridad y poder necesarios para disfrutar de un nivel de vida adecuado y de sus derechos civiles culturales, económicos, políticos y sociales.

“Las mujeres rurales no solo enfrentan barreras para generarse ingresos propios, pues el 40% de ellas no cuenta con recursos económicos, sino que viven en condiciones de profunda desventaja y hasta de exclusión social que generan círculos de reproducción de la pobreza que se heredan de generación en generación, y vulneran sus derechos, de sus hijas y futuras generaciones”, sostuvo Villanueva, socióloga de profesión.

En zonas rurales las brechas de género son de carácter multidimensional: las mujeres acceden a menor cantidad de tierra, persisten problemas de analfabetismo y bajo nivel educativo, embarazos tempranos, sobrecarga de trabajo y violencia en sus diferentes manifestaciones.

“Esas condiciones asociadas a la pobreza se originan en la discriminación que el Estado no ha resuelto en el país y que están impidiendo que las mujeres rurales gocen de su derecho a una vida digna con bienestar en sus territorios, con garantía de un ambiente sano y protección de la naturaleza”, remarcó.

Las mujeres rurales dependen en su gran mayoría de la agricultura familiar, actividad amenazada por actividades extractivas legales e ilegales, y por los efectos del cambio climático.

“Desde el Centro Flora Tristán venimos promoviendo la formación en derechos y producción agroecológica para que las mujeres rurales ejerzan su ciudadanía, por una parte, y manejen las técnicas para una agricultura sostenible que contribuya a su seguridad y soberanía alimentaria, y a contar con ingresos propios sobre los que deciden con autonomía”, explicó.

El PDR del CMP Flora Tristán desarrolla las Escuelas Agroecológicas Feministas en comunidades campesinas de las provincias de Calca, Paruro y Quispicanchi en el departamento de Cusco beneficiando de manera directa a 150 productoras rurales y a más de mil mujeres y hombres de sus entornos.