Mujeres productoras rurales de Cusco: por la igualdad y no violencia

Publicado el:

Elena Villanueva, responsable del Programa de Desarrollo Rural (PDR), del CMP Flora Tristán, destacó el compromiso que van adquiriendo las productoras agroecológicas de Cusco para hacer realidad su derecho a vivir libres de violencia.

El PDR viene promoviendo el empoderamiento económico, autonomía y ejercicio ciudadano de mujeres rurales vinculadas a la agricultura familiar en comunidades campesinas de Calca, Paruro y Quispicanchi, a través de proyectos que son apoyados por la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo, la cooperación canadiense y la institución Mission 21 (Suiza).

En el marco de los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género, iniciativa global para hacer frente a la peor forma de discriminación contra las mujeres, Villanueva manifestó que en las diferentes comunidades donde tienen presencia, se dio una movilización pública que involucró a las productoras, sus familias, comunidad educativa y autoridades.

Este es un hecho muy significativo teniendo en cuenta el alto nivel de violencia en la región.

“Cusco es una de las regiones donde existe mayor tolerancia a la violencia de género, casi siete de cada 10 hombres, por ejemplo, tiene una posición que justifica la violación sexual, lo que nos demuestra la forma en que se reproducen los patrones tradicionales de género y las masculinidades hegemónicas”, refirió.

Efectivamente, la última Encuesta Nacional sobre Relaciones Sociales (ENARES), reporta que el 66% de los varones mayores de 18 años en el departamento, justifica la violación sexual e inclusive responsabiliza a las víctimas de ese delito y vulneración de sus derechos.

Villanueva, socióloga de profesión, remarcó que la formación integral que reciben las productoras en la Escuela Agroecológica que el PDR desarrolla en las comunidades de las tres provincias, está contribuyendo a esa conciencia de género que lleva a desnaturalizar la violencia y a dejar de considerarla como una carga a soportar.

“Es muy valioso que junto con el proceso de cambio que vemos en las mujeres, también asistamos al compromiso de las autoridades municipales; hay mucho por hacer para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres, especialmente en zonas rurales donde es muy débil la presencia del Estado, pero existen esfuerzos para dotarlo de institucionalidad”, añadió.

El 25 de noviembre, las calles de los distritos de Urcos, Oropesa, Lamay, Calca, Paruro, entre otras, se poblaron de mujeres murales con carteles que reivindicaban el derecho a vivir libres de violencia.

“Mi cuerpo no se viola, no se mata”, “jUuntas unidas y jamás vencidas”, “La igualdad es el primer paso ante la violencia”, “Soy digna de amor, respeto y buen trato”, “No más golpes, no más lágrimas ¡denuncia!”, fueron algunas de las que se enarbolaron en las calles.

Son 150 mujeres rurales, productoras agroecológicas, las directamente beneficiadas por los proyectos en favor de su empoderamiento, autonomía económica y participación ciudadana, mejorando con ello sus condiciones de vida y su posición de género.