La última encuesta demográfica y de salud familiar del Instituto
Nacional de Salud Mental (INSM) señala que el 74,1% de los hogares del
país es afectado por la violencia familiar, según indicó el director
ejecutivo de Salud Colectiva de este organismo, Yuri Cutipe.
Detalló que este problema comprende la violencia contra la mujer, el
maltrato infantil o violencia contra el hombre, entre otras formas de
agresión, y se expresa con más énfasis en regiones como Huancavelica,
Apurímac, Junín, Loreto, Cuzco y Tumbes.
Asimismo, indicó que el 74% de las mujeres peruanas sufre violencia
por parte de sus parejas; y de este grupo, el 36% corresponde a
violencia física y un 71% psicológica.
De acuerdo con estudios del INSM "Honorio Delgado-Hideyo Noguchi", la
denominada violencia sistemática, es decir, aquella de frecuencia
diaria, tiene mayor incidencia en Lima Metropolitana, respecto a
ciudades de la sierra y selva.
"También se indica que el trato inadecuado a la mujer por su pareja
durante el periodo de enamoramiento es un factor que aumenta la
probabilidad de violencia durante la convivencia", precisó el experto.
Esta situación ocurre en el 51,8% de las parejas, con mayor
prevalencia en Lima Metropolitana y Callao, mientras que el maltrato y
abuso de la pareja tiene niveles alarmantes en Ayacucho, Puerto
Maldonado, Abancay y Puno.
La demanda de atención institucional por parte de mujeres afectadas
por violencia familiar es del 27%.
En esta cifra, el profesional explicó que las mujeres que más están
denunciando hechos de violencia tienen entre los 40 y 45 años.
"Parece que después de los 40 recién toman valor para denunciar la
violencia de parte de sus parejas (...) No es que antes no hayan sido
abusadas por sus parejas, lo que pasa es que no querían levantar la
voz", comentó.
Sólo 4,1% solicitó atención en un establecimiento de salud y 4,9% en
Centros de Emergencia Mujer del Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables (Mimp).
Las consecuencias más comunes de este tipo de hechos son: homicidio,
lesiones graves, infecciones de transmisión sexual, vulnerabilidad a
las enfermedades y suicidios, entre otros.
Sus efectos traen graves consecuencias en la mujer, como la autoestima
baja, miedo, stress, ansiedad, depresión, incomunicación y
aislamiento. Fuente:
ANDINA |
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